viernes, 9 de octubre de 2015

Plan de pensamiento computacional en educación (leer la letra pequeña)

¡Ojito con el truco del almendruco de introducir el pensamiento computacional en las aulas a través del añadido en el currículum de asignaturas como robótica o programación! … así… ¡sin más! ¡Que no nos doren la píldora!

No cuestiono (ni por un momento) las habilidades y competencias para la vida que el óptimo trabajo del pensamiento computacional puede aportar a los estudiantes de cara a su día a día personal y a su futuro profesional. ¿Quién no desea que sus estudiantes sean capaces de: resolver problemas de una manera eficaz, sencilla, rápida y contando con recursos limitados? ¿Qué profesor/facilitador/guía no quiere que reforzar el co-crear, el compartir, el experimentar en sus actividades de aula? ¿Quién de nosotros no apuesta por fomentar la comunicación, la expresión de sentimientos o la tolerancia a través de actividades en las que el juego o el ser feliz mientras se hace no cobre una especial relevancia?

Pero hace falta un algo o muchos “algo mases” para que la programación o la robótica inyecten todo su poder en los agentes educativos. En este sentido, considero que resulta relevante incidir sobre…

El por qué y para qué se introduce el pensamiento computacional: que no sea por moda o porque lo dicta Europa o el departamento de educación; que sea porque somos conscientes de su potencial para desarrollar de manera integral a nuestros estudiantes.

El por quién se facilitan estas materias: los profesores requieren de una formación permanente (los que ya están en el aula) o de una formación inicial (los que justo se encuentran en la universidad) que les permita adquirir y afianzar sus conocimientos sobre el pensamiento computacional, la robótica, la electrónica, la programación, etc. ¡Que nos quiten el miedo! ¡Que no es necesario ser ingeniero para poder llevar a las aulas estas materias de manera exitosa!

El cómo se va insertando en el aula: a través del planteamiento de metodologías favorecedoras del “aprender haciendo” como el Design Thinking, dejando la clase magistral relegada en el último cajón de nuestro pupitre de docente. Favoreciendo el aprender el “con” y el “de” los otros.

El dónde se imparten las asignaturas: en aulas que favorezcan la movilidad, el “estar a gusto” y la comunicación. Donde todos los agentes educativos sean responsables de ese espacio y se apropien del mismo estableciendo las meta-ideas de uso y compartición.
El con qué se desarrollan las actividades de enseñanza-aprendizaje-evaluación propuestas: se requieren recursos (ya sabemos que nada es for free) tecnológicos (que si pilas, que si leds, que si Arduinos, que si…). Hay que conseguir que se establezca una nueva partida de presupuestos destinadas a estas materias.


Resumiendo, integración del pensamiento computacional en las aulas de cualquier nivel educativo del siglo XXI… ¡SÍ! pero no a cualquier precio.  

P.S. Mi robot se encuentra en proceso de diseño... estoy en la categoría Boldbot= "novata pero sin miedo a las tecnologías". Pero estuve haciendo algunas pruebas antes de empezar a diseñar el mío propio.



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